lunes, 13 de febrero de 2017

Capítulo 47

Estados Unidos, Nueva York, 21 de Diciembre de 1965

8 A.M

Narra Louise

Desvelada, con Heather en brazos, miraba por la ventana hacia fuera y observaba como Manhattan comenzaba a tornarse de verde a blanco. Comenzaba a vivir mi segundo invierno en esta ciudad, y comparo a la Louise que llegó a Estados Unidos hace un año con la que está mirando el exterior en este momento y me desconozco, así es. O tal vez, comienzo a conocerme, realmente no lo sé. Cambiada estoy, de eso no hay dudas. ¿Cambios para bien o para mal? Tampoco lo sé.


Es de esos días donde recuerdo cuando era más joven, allá en el viejo Liverpool, cuando The Beatles todavía no invadía mi vida, cuando tan solo eran mis padres, leer a Jane Austen y a Arthur Conan Doyle mis únicas preocupaciones, claro y como olvidar a Paul. Él más que preocuparme, me importaba, es decir, me importa y a la vez soy tan desconsiderada. Ya han pasado cuatro meses desde que lo ví por última vez, y a decir verdad, lo echo mucho de menos.

.               .               .

Inglaterra, Londres 23 de Diciembre de 1965

Lulu ma belle
                
            ¿Cómo te encuentras? Espero que bien.

Ya debes saber de Rubber Soul, el nuevo disco, el cual nos ha mantenido muy ocupados pero nos encontramos todos bien. Perdón por no escribir aunque tú también podrías hacerlo, esta vez lo hago para contarte que pasaré las fiestas con mi padre en casa, mi hermano Mike irá también y es una verdadera pena que no faltes esta Navidad de nuevo. Le mandaré saludos a tus padres de tu parte.

                Escribe por favor. Te ama,

Paul.

P.D Te recomiendo que escuches del nuevo  álbum ‘You won’t see me’ y ’Michelle’. Luego me cuentas que te parecen. Cuídate. ¿Supiste que nació Zak, hijo de Ringo?


Sin dudas, ya había oído las canciones de todo el álbum y me detuve en esas dos por el simple hecho de deleitarme con su voz. Las volví a escuchar detenidamente para prestar atención en la letra y lo que sigue está más que claro; las canciones hablaban sobre nosotros.

.               .               .

Inglaterra, Liverpool 24 de Diciembre de 1965

Narra Paul

- ¿Ya desempacaste? – preguntó Jim
- Así es. De todas formas no traía mucho equipaje papá
- ¡Es una alegría tenerte aquí Paul!
- Gracias Angie, supongo. Yo también me alegro de volver a casa
- Hijo, pasaremos estas fiestas con los Sres. Darlington, es lo que hacemos desde que vivimos solo nosotros dos. Espero que no te moleste
- ¿Por qué me molestaría? Adoro a Eleanor y a Gregory
- Porque Louise no estará y es duro para todos. Me imagino para ti

Flashback

Navidad 1954

- ¿Recibiste regalos?
- Así es, un libro y un oso de peluche. ¿Y tú?
- Jim dice que con doce años ya estoy grande para regalos. Aun así, recibí un disco
Rió – Ay ¡No eres grande! Si algún día comienzas a creerte superior a mí, es decir, creerte mayor, te olvidas de mí ¿Me oíste?
- Entonces no lo haré nunca. Además, es imposible que me olvide de ti Louise. De todos modos, soy mayor que tú quieras o no
- Está bien, tomo tu palabra. De acuerdo, seas mayor que yo o no siempre estarás conmigo y no me dejaras de lado por ser un año menor
- Te lo aseguro. ¿Quieres ir a escuchar mi nuevo disco?
- Por supuesto, pero primero – se acercó a mí, se puso en puntas de pie y besó mi mejilla – Feliz Navidad Paul
- Gracias Lulu –dije sonrojado- e igual para ti.

Fin Flashback

Realmente la extraño –dije casi susurrando
- Bueno Paul, ya deja de llorar. Ven, tengo algo para mostrarte. - exclamó mi hermano, saliendo de su habitación

Seguí a Mike hasta el patio trasero, donde solíamos jugar de pequeños inventando historias de detectives y piratas o pasar allí tardes enteras tocando un instrumento.


- ¿Y? ¿Qué te parecen? – señaló dos motocicletas impecables que estaban junto a un árbol
- ¡Mike! ¿De dónde las sacaste?
- Tranquilo, no las robe. Son nuestras ¡Feliz Navidad hermano!
– Idiota, están increíbles. – Reí y lo abracé
- ¿Vamos a dar una vuelta?

Recorrimos la mayor parte de Liverpool durante el resto del día, nos metimos por calles que no transitaba hace años. Fuimos también hacia Strawberry Fields, el lugar donde a Lennon le gustaba matar el tiempo. Comenzó a anochecer y decidimos regresar para volver a tiempo a la cena de Noche Buena.

- Te juego una carrera de regreso a casa.
- No lo creo, está muy oscuro y… - Mike encendió la moto y arrancó
- ¡Alcánzame!

Y así fue como aceleré la moto a todo lo que daba y traté de alcanzar a mi hermano menor. Liverpool, no recibía sobrenombres como el apagado, gris, viejo, desolado pueblo solo porque sí. Realmente era tal cual como lo describían y cuando decían apagado se referían a la iluminación por la noche, carente de ella. Solo éramos la pequeña farola de la motocicleta, la calle desolada, el incremento de la velocidad y yo, ansioso por llegar a casa y nervioso por no lograr divisar a mí hermano. Ya no prestaba atención en que número llevaba la velocidad y cuando lo noté ya era demasiado tarde, había perdido el control de la moto y acto siguiente salí disparado y estrellado contra el pavimento.

- Cielos, ¡PAUL! – Fue lo último que escuche antes de desmayarme.

.               .               .

Estados Unidos, Nueva York, 24 de Diciembre de 1965


James
                
                     ¡Feliz Noche Buena y Navidad! Espero que sepas entender mi ausencia como siempre lo has hecho. Me encuentro bien, ahora estamos preparando la cena pero quise responderte.

                Si, supe lo del nuevo bebé de Ringo. Me llamó Maureen a horas de su nacimiento y luego, claro, escuché las noticias.

                Mándale saludos a todos de mi parte por Liverpool, diles a mis padres que cuando pueda iré a visitarlos, también saluda a Jim y a tu hermano (espero que no te convenza de hacer nada raro).

                Discúlpame por no escribir, también he estado ocupada, lo lamento. Te extraño demasiado, ya había escuchado Rubber Soul y me apena que te sientas terrible, pronto nos volveremos a ver.

               'I love you, I love you, I love you. That's all I want to say'

Con mucho cariño,
Louise (Michelle)

.               .               .

Inglaterra, Liverpool 25 de Diciembre de 1965

02.15 AM

Narra Paul

- Vaya Navidad, ¡Eh Mike! –dijo molesto mi padre
- Paul, ¿Cómo te sientes?
- Anestesiado. ¿Qué pasó?
- Caíste de la moto, te golpeaste la cabeza. Pero nada que no se pueda arreglar, gracias a Dios.
- Y te destrozaste la cara. Por suerte existen las cirugías.
- ¡¿Cómo?! –dije exaltado
- No lo escuches, solo es un corte profundo en el labio, que ya te cosieron, y un diente partido. Santo Cielo Paul, ten más cuidado. Si tan solo tu madre estuviera aquí. Ella no los hubiese dejado salir de casa.
- Perdóname papá. Fui yo el idiota, no tú.


.               .               .

Estados Unidos, Nueva York, 31 de Diciembre de 1965
Querido Paul
                
              Mis padres llamaron la noche del accidente y me contaron lo que ocurrió, me dio risa porque debo recordarte que ya no eres un adolescente de 15 años, obviamente.

                La buena noticia es que estás teniendo una buena recuperación luego del golpe y que no fue nada grave. Escribo para, aunque te duela la cara, desearte un fructífero comienzo de año y para decirte lo mucho que me gustaría estar a tu lado. Te cuento que termino 1965 con buenas noticias, debido a que tengo un trabajo fijo en un estudio de fotografía muy reconocido y estoy segura que pronto volveré a hacerles sus portadas en los discos.

Te ama, Lulu

.               .               .

Inglaterra, Londres 2 de Enero de 1966

Louise
                
                 ¡Bienvenido 1966! 

               Me alegra mucho tu noticia, linda. Por acá hay muchas buenas nuevas. Para empezar, Jane está en Australia desde el 25 de Diciembre y Ringo ha escuchado que al parecer su estadía allí es permanente (espero que sea cierto). Además, aún no sucede pero sospechamos que George le va a pedir matrimonio a Pattie.

                Con respecto a mi cara, es un desastre. Pero lo importante es que ¡Me mudé! Compré una hermosa casa en el 7 Cavendish Avenue, muy cerca a los estudios. No estoy solo, vivo con Martha, quien es una hermosa compañía, necesito que la conozcas.

                Espero que este sea un buen año para todos y ojalá regreses a Londres, en breve.

Con amor,
James Paul McCartney

.               .               .

Estados Unidos, Nueva York, 4 de Enero 1966

Narra Louise

‘¡Mierda! ¿Quién carajo es esa tal Martha?’ Pensé al terminar de leer la carta.




///


Acá estoy, nuevamente. Recomiendo este blog http://cartadepresentacionsh.blogspot.com.ar/ que no tiene nada referido a The Beatles pero es de una persona conocida adentrándose al mundo de Blogger, con muchas ganas de escribir. Yo creo que tiene potencial, y como sabemos no es muy fácil que la gente comience a leerte en este círculo. Sería bueno que se pasaran y si les gusta genial, y si no bueno... Estoy segura de que algún alma estará dispuesta a leerlo. Yo lo hago jajaja

Una vez más, ¡Gracias por leer!







viernes, 25 de noviembre de 2016

Capítulo 46

Narra Louise

Pasamos toda la tarde en Central Park, riéndonos de anécdotas que había vivido uno mientras no estaba el otro y ponernos melancólicos por ese motivo, mientras que a su vez yo sentía en mi garganta un horrible nudo con una verdad escondida que me hacía sentir terrible.
Tan bien pasamos el tiempo juntos, que no habíamos notado el paso de las horas hasta que el cielo comenzó a oscurecerse.

- Vaya, ¿en qué momento se hizo tan tarde?
- No lo sé. Pensé que llevábamos solo una hora aquí
Reí – Pero  que exagerado
- ¿Tienes algún compromiso para esta noche?
Pensé dos segundos, recordé a Heather, pero levante mi vista y su padre me insistía con su mirada – No, para nada
- ¿Quieres ir a cenar?
- Me parece una idea excelente
- ¿Pero dónde vamos?
- Donde quieras, yo te sigo.
- Tú eres la que ha vivido aquí por 9 meses. Llévame a comer donde comen los americanos
- Oh, te llevaré a un lugar, que no sirven platos a los que acostumbramos. Solo sirven malteadas o hamburguesas con papas fritas. Es muy económico y estadounidense ¿Te apetece?
Puso una cara de desconcierto, arrugando su nariz - ¿Es bueno? No respondas, me da igual. Siempre y cuando podamos tomarnos una copiosa copa de vino.
- ¿Vino? Lo dudo. ¿Cerveza? seguramente.
- De acuerdo, vayamos. 


Narra Paul

Una vez hecho el pedido y ubicado en una de las mesas del restaurante dinner, retomamos nuestra conversación.

- Y cuéntame, ¿Cómo es Adam?
- Es una gran persona. Imagínate, que me ha hecho el favor de alojarme en su departamento durante todo este tiempo
Frunció el ceño – Aguarda. ¿Viven juntos?
- ¿Es broma, verdad? Claro que sí
- Todo este tiempo creí que vivían en el mismo edificio. No en el mismo departamento, Louise – sentí un poco de celos –
- La idea al principio, era quedarme con él por unos días hasta que encontrara un lugar. Pero la renta era muy cara, y terminé optando por vivir con Adam. Él no se molestó
- Pero por supuesto, ¿Cómo le va a molestar? Una inglesa preciosa, que ha visto solo una vez en su vida, aparece de la nada y le dice que quiere vivir con él ¿Cómo negarse?
- ¡James! ¿Acaso estás celoso?
Dudé un poco – Si, lo estoy.
- Pues, no deberías. Creo que me conoces bastante, supongo que confías en mí y ya debes tener por sabido que te amo. ¿Sigues dudando?
- No es por ti. Es por él. No sé sus intenciones, si realmente es tu amigo o en realidad…
- ¡Ya basta! Te recuerdo que eres mi novio, no mi padre. Yo elijo mis amistades, nunca pensé que debía pedirte permiso.
- Lo lamento, me equivoqué. Es que tan solo el hecho de imaginarte viviendo con él es…
- Solo vivimos juntos. Solo somos amigos. Y en caso, de que el sintiera algo por mí no le correspondería. Porque te amo, y él está muy enterado de eso.
- ¿Pero lo ha intentado?
- No…
- De acuerdo, discúlpame. Soy un idiota
- No lo eres, Paul. Solo eres un celoso momentáneo. Y te entiendo

Luego de cenar, elegimos un tema de la rockola y lo bailamos juntos, como antes, entre risas y besos. Después, tuve que volver al hotel pero antes me ofrecí acompañarla hasta su casa, y así además averiguar donde vivía junto a Adam.

- Linda, te acompaño.
- Oh no, no es necesario.
- Claro, pero es que quiero hacerlo
- De acuerdo

Literalmente, vivía frente a Central Park, y como mucho no nos habíamos alejado, llegamos en dos minutos a donde se alojaba.

- Aquí es. ¿Te llamo un taxi?
- Por favor.
- Espérame aquí

Me pareció muy extraño que me dejara esperando afuera, ¿Por qué no podía entrar? Pero dejé de pensar, pues no debía desconfiar. A los minutos, regresó.

Narra Louise

- Lamento Paul, haberte dejado aquí afuera sin ninguna explicación. Sucede que Adam, acostumbra a dormirse temprano –mentí- y el departamento es muy pequeño y por ende se comunica todo. No quería despertarlo, ¿No estás molesto o sí?
- Claro que no querida, pero me hubiese gustado conocerlo, tanto al pequeño departamento como a Adam.
- Lo lamento
- Descuida, linda. Ya habrá más oportunidades de conocerlo –ni bien dicho eso, llegó el taxi- Bien, ¿Te veo en una semana?
- Efectivamente. Te amo
- Yo también – Nos despedimos dulcemente

Entré silenciosamente al departamento y allí estaba Adam sosteniendo en sus brazos a mi hermosa niña.

- ¿Cómo te fue?
- Bien, pero me siento una persona horrible. No lo quise dejar pasar, por la bebé.
- No voy a hacer ningún comentario, porque ya sabes lo que pienso – me acerqué a él para tomar a Heather- Ya cenó. Ahora debe dormir
- Gracias Adam, por todo.
- Es un placer.

Estados Unidos, Nueva York, Shea Stadium 23 de Agosto de 1965

- Se lo repito una vez más señorita, ¿su permiso para pasar? O en su defecto, ¿su entrada?
- Soy la fotógrafa de la banda, Paul McCartney me dijo que simplemente debía presentarme
- Pues ese Paul McCartney no se quien carajo se cree pero…
- ¿Louise?
Volteé lentamente - ¡Brian! Gracias a Dios, ¡Tanto tiempo! ¿Puedes decirle a este insolente, maleducado grandulón que me deje pasar? Estoy hace media hora aquí
- Joseph, es de nuestro equipo.
- Discúlpeme, señorita – voltee los ojos
- Mira, los chicos se encuentran en esa habitación. Si me necesitas estaré por aquí. Diles que en una hora y media deben subir al escenario – asentí, gire sobre mí y golpee la puerta de la habitación
- Cerdo, si eres tú, te ruego que por favor te retires o si no…
- ¿Si no qué?
- ¡No lo puedo creer! Si es la pequeña Darlington. Abrázame, querida ¡Cuánto te extrañado! –exclamó Lennon
- Nos haces mucha falta, Louise. Tanto tiempo – dijo Ringo, mientras lo abrazaba – Si me disculpan, debo ir a ver una cosa sobre mi batería, no me tardo.
- ¿Y los demás?
- Brian mandó a George y a Paul con los técnicos de sonido, no deben tardarse mucho. ¿Qué tienes?
- ¿Eh?
- ¿Qué te sucede?
- Nada, me encuentro bien ¿Y tú?
- Tienes algo, a mí no me engañas.
- Ah, sí. Cansancio.
- ¿Y a qué se debe?
Lo miré enfadada - ¡No tengo nada!
- Darlington. Te conozco, si bien no crecí junto a ti como el McCara de bebé, te conozco como si fueras mi hermana menor. Lo noto en tu mirada de, como explicarlo, susto y decepción ¿Qué escondes? ¿Qué tienes?
- Solo tú lo sabes ¿De acuerdo? Y quiero que nadie más sepa hasta que me atreva a decirlo. Tengo una hija, John. –mis lágrimas comenzaron a empapar mis mejillas
- ¡Santo cielo! ¡Louise! ¡Eso es maravilloso! –me abrazó- ¿A qué se debe el llanto?
- El padre no está enterado
- Momento. No te vimos durante 9 meses, y durante esos nueve meses que no te vimos, estuviste embarazada. –Asentí- Un embarazo dura 9 meses. Entonces, según mis cálculos, oh no, ¡Darlington! ¿Tu hija es de un americano que te topaste estando de borrachera? Dios mío, ahora entiendo la razón de tus lágrimas.
- No, Lennon. ¡Es hija de Paul!
- ¿Y por qué no se lo dices?
- Por miedo a que Paul reaccione de igual manera que tú y porque lo sabes, un hijo estropea siempre un poco la carrera de un músico, y es lo último que quiero para él. 
- Pero cariño, él te ama.
- Lo sé. Se lo diré… algún día
- ¿Algún día qué?
- Tanto tiempo George, ¿Cómo has estado?
- Muy bien Louise, nos haces falta, vuelve por favor – sonrió con sus enorme boca y me besó la frente
- Hola linda – Paul me besó delicadamente
- Louise, espero no te moleste pero debo retirarme a terminar algo que tengo pendiente así que debo irme. Me verás en el escenario
- Esta bien, fue agradable volver a verte Lennon – lo abracé y luego susurré a su oído- Gracias por estar siempre John, guarda silencio ¿sí? –él asintió
- George, ¿Me acompañas con este ‘tramite pendiente’?
- Voy detrás de ti –abandonaron la habitación
- ¿A qué se refiere con eso?
- Significa que va a fumarse un porro.
- Maldición – exclamé mientras me deje caer en una cama que se encontraba allí
- Eres hermosa –se recostó junto a mí
- Tú lo eres. Te amo –lo abracé

El concierto fue sensacional. La cantidad de personas que lo presencio era espeluznante, la mayoría, adolescentes. Se veían tan lindos los cuatro, a pesar que dos de ellos estaban totalmente drogados. Eran increíbles, y realmente los había extrañado.




///


Hola queridas, lo digo en plural, como si mucha gente me leyera después de mis grandes desapariciones. En realidad, debería decir hola my dear (Salma), hace tanto tiempo que no aparecía por aquí que hasta se me hace raro. Y a decir verdad; si, Blogger está muy desértico pero creo que de a poco vamos a ir volviendo todas, al menos eso espero.

Gracias por leer, y las leo en el próximo.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Capítulo 45

Inglaterra, Londres 14 de Agosto de 1965

Narra John

Resultado de imagen para beatles hotel plaza


- Por favor, que esta vez sea diferente a la anterior
- Lo será. Tocaremos en un estadio – exclamó entusiasmado George
- No me refiero a eso. Nada de Bob Dylan esta vez
‘¿Cómo carajo se enteró? ‘pensé para mis adentros – Oh Epstein, no hay de qué preocuparse solo disfruta, aunque, no te prometo nada. Además, no me digas que tú no la has probado por todos los cielos
- Esteee… Bueno… Como les decía… - dijo algo nervioso- No nos alborotemos y mantengamos la calma
- ¡Vaya que te pusiste nervioso eh!
- Cambiando radicalmente de tema ¿No hubo cambio de planes? Es decir ¿Ninguna de sus esposas/novias ha decidido venir a último momento?
- Sabes que Mo no viene aunque quisiera. Recuerda que está embarazada
- Ahora que lo pienso a Cynthia nunca le pregunté si deseaba acompañarnos… Pero olvídalo – dije rascándome la nuca
- Pat estará en Francia por una temporada así que tampoco viene
- Lou nos espera allá – dijo Paul esperanzado

.              .              .

Estados Unidos, Nueva York 15 de Agosto de 1965

1.30 p.m.

‘Las beatlemaníacas enloquecidas en el JFK debido a que el avión, que transporta a sus ídolos, acaba de arribar y quedan solo instantes para que el cuarteto inglés toque suelo americano por tercera vez. ¡Cómo queremos a estos muchachos! Ahora les dejo una de sus últimas canciones del disco “Help!”. Disfruten y más enseguida les traigo más detalles…’

Narra Adam

- Ya están aquí
- Ya oí
- Deberías haber ido. A fin de cuentas, eres una beatlemaníaca más del montón – reí
- ¿Disculpa?
- Sí. Te conocí en uno de sus shows y gritabas: ¡Te amo con locura Paul McCartney!
Río – Cierto, había olvidado que inventas historias y solo tú te las crees
- Oye, podría ser cierto
- Pero no lo es. No me hacía faltar gritar eso entre las fans, yo podía decírselo al oído donde y cuando quisiera
- No digas ‘podía’, más bien ‘puedes’
- Lo sé. Será tan raro verlo mañana
- Será lo mejor para los dos y lo sabes. ¿Le dirás sobre…? –señalé con la vista a la bebé que dormía angelicalmente en una pequeña cuna en medio del living-comedor
Su gesto se volvió triste y negó decepcionada con la cabeza – N-no. Ni loca. Solo imagínate la situación. No nos vemos durante 9 meses y aparezco con una niña recién nacida
- ¿Cuál es el problema? Es su hija y debe saberlo
- Lo sé. Pero piénsalo nada más. Sería difícil de creer ¿No? Paul es tu hija, no te lo dije durante todo este tiempo porque soy una idiota. Además, no quiero que sea una molestia ¿sabes?
- Si te ama como dices, lo entenderá. ¿Una molestia para su carrera? ¿Y que hay con la tuya? Un hijo siempre es una bendición, un cambio rotundo pero para bien.  Apoyo tu decisión en no decirle. Pero tarde o temprano se enterará y si se lo toma a mal deberás entender
- Hemos hablado esto millones de veces ya, mi querido colega. Ahora, antes de que me olvide debo darte indicaciones para que cuides de Heather cuando yo no esté mañana.
- A eso, la dejarás en buenas manos
- No lo dudo. Pero siento culpa de dejarla, tan solo tiene 10 días de vida
- Estará conmigo, estará todo bien
- De acuerdo


Mientras Louise me explicaba una lista que me indicaba perfectamente donde se encontraba cada cosa para cualquier situación que podía ocurrir, el locutor de la radio avisaba que The Beatles había llegado finalmente al Hotel Plaza de manera exitosa.

Narra Louise

- ¿Tienes alguna duda?
- No, me dejaste todo en claro. Ahora, escucha tú
- Dime
- Tal vez sea una locura. Pero… ¿Qué te parece si llama al Plaza Hotel?
- ¿Con qué finalidad?
- Para hablar con tus amigos, tu novio, no lo sé
- Es muy poco probable que llame, crean que es verdad lo que les digo y me comuniquen con alguno de ellos. A menos que les pruebe que soy la reina de Inglaterra, pero que pena no lo soy… aún – reí
- Vamos, con probar no pierdes nada

Entonces me dirigí a la mesita sobre la cual estaba el teléfono y marqué el número del hotel
- Gracias por comunicarse con Plaza Hotel Nueva York. Buenas tardes, habla Charlotte Blackley. ¿En qué puedo ayudarle? – Al escuchar ese nombre, miré divertidamente a Adam, con ganas de abrazarlo
- ¿Charlie? Soy Louise, compañera de piso de tu hermano Adam ¿Me recuerdas?
- Hola Lou, por supuesto que sí ¿Cómo te va? ¿Algo te hizo mi hermano y quieres una suite en el hotel? –Bromeó- o déjame adivinar ¿Quiere usted comunicarse con el Sr Paul McCartney?
- ¿Tú y tu hermano se comunican telepáticamente? ¿Puedes hacer eso posible?
- Legalmente no. Está totalmente prohibido. Pero creo que puedo hacer una excepción, espera en la línea. Y sea lo que sea, ¡Mucha suerte!
- Gracias Charlie, adiós – en tan solo 30 segundos recibí respuesta del otro lado teléfono
- ¿Hola? ¿Son los que traen sándwich a la habitación?
- No lo puedo creer. ¿Ya los visitó Bob Dylan otra vez?
- ¿Mamá eres tú?... Dame ese teléfono George. Oh señora Harrison, ¡que grata sorpresa! Sabe, Harold está teniendo un comportamiento algo extraño y…
- John, ya basta. ¿Me pasas con Paul?
- Oye. Esta no es la voz de tu mamá. Disculpe a mi torpe amigo señorita, su voz me resulta bastante familiar y respecto a su pedido me temo que él se encuentra ocupado en este momento con Jane en el baño…
- ¡¿Qué has dicho?!
- ¿Te has olvidado de mis chistes? Hola Darlington, es maravilloso volver a escuchar tu voz y hacerte enojar. Me muero de ganas por abrazarte
- Como olvidarme de tus chistes Lennon, pero ese tema es bastante delicado… es la razón por la que decidí alejarme de la banda. Ahora, por favor, ¿Le pasas el teléfono a mi novio? Y no le digas que soy yo. Te quiero y también deseo abrazarte
- Esta bien querida, luego nos vemos, te cuidas. ¡MCCARTNEY TELEFONO PARA TI!
- ¿Quién es? Solo contesta…  ¿Sí?
- ¡James!
- ¿Por qué en lugar de llamar no vienes?
- Porque dije que los dejaría descansar por hoy... Y mañana nos veríamos
- Tú, tú me quitas el sueño –río- Linda, que bien se siente escucharte. ¿Recuerdas la hora de mañana?
- Claro, a las 3 p.m. ¿Qué tal el viaje? ¿Agobiante?
- Así fue. Solo un viaje entre hombres, ninguna de las chicas viajó con nosotros, pero rápido dentro de todo ¿Qué tal tú y Adam?
- Solo escuchábamos la radio para oír noticias de ustedes. Te llamaba para decirte que Central Park es enorme y no quiero que te pierdas. No quiero perderte los pocos días que puedo tenerte cerca, así que ¿Prefieres que vaya por ti al hotel?
- Será imposible con tantas fanáticas que andan rondando cerca del hotel. Me subo al coche y el chofer sabrá. Conozco Central Park, ¿ubicas el lindo puente? –Sonreí y él lo noto- ¿de qué te ríes o sonríes?
- A mí también me gusta mucho ese puente. Entonces, ¿ahí nos encontramos?
- De acuerdo. Te veo mañana, después de tanto tiempo.
- Te amo
- Yo aún más.

Al día siguiente

Narra Adam

2.15 p.m.

- Juro que cualquiera de esos vestidos te sienta de maravillas ¡Louise por Dios!
- Lo sé pero no me siento cómoda, además el clima no me favorecerá y…
- Querida créeme… Paul solo quiere tu presencia y te apuesto 100 dólares que hasta sin vestido
Me sonrojé – Lo sé, nunca tengo problemas de vestuario pero siempre hay una primera vez para todo. Es que creo que estoy nerviosa
- ¿Y eso porque? Solo es Paul
- Esa es la razón. Es James
- ¿Quién?
- Y mientras más me tarde, es menos tiempo juntos. ¿Qué tal este? – me enseña un vestido color pastel que le llegaba hasta las rodillas, totalmente sencillo pero muy hermoso.
- Tranquila, aun tienes tiempo. Ese es muy lindo
- Bien, voy a cambiarme.

Narra Louise

Sentía nervios. Sentía alegría. Sentía tristeza. Sentía nostalgia. Tenía una sensación tan difícil de explicar, era entendible, iba a ver a Paul, a la persona con la que crecí y de la cual nunca me separé hasta hace 9 meses. A la persona a la cual le tengo un amor inmenso, a quien le he entregado todo pero que de todas maneras le estaba escondiendo un enorme secreto. En ese momento recordé la caja que mamá me dio antes de viajar a Estados Unidos y comencé a buscarla. Una vez que la encontré la abrí y había montones de fotos, junto a un montón de cartas, juguetes, regalos y distintas cosas que a simple vista eran solo cosas pero contenían gran significado para mí. Al verlas, mis ojos se llenaron de lágrimas, había objetos que había olvidado por completo de mi niñez y mi mamá se había tomado el trabajo de guardarlos.

En la parte de adentro de la tapa de la caja había una leyenda con letra de mi madre:

‘Recuerda, solo revísala en momentos desesperados, cuando necesites recordar quien eres y de dónde vienes. Te ama mamá’

Tomé un papel al azar y encontré una nota con letra de niños que recién comenzaban a escribir, sin reglas de puntuación ni ortografía que decía:

Louise, Eres mi mejor amiga. No me enoje me cuesta mucho enojarme contigo. Te prometo nunca enojarme no me importa lo que agas. Ademas solo rompiste un vidrio de esa bentana. A papá le dije que fui yo y mamá reía porque sabía que te estaba encuvriendo. No tienes que tener bergüenza de venir a casa, mis papás no te trataran diferente y a mí me gusta pasar tiempo juntos. Te quiero y no estoy enojado. JAMES

Sonreí con las mejillas empapadas, recordando aquel día y deseando que Paul se tome con esa misma calma cuando le cuente sobre Heather. Sequé mi rostro, me coloqué un poco de rubor, tomé mi cámara de fotos y la colgué en mi cuello. Ya estaba lista para el reencuentro.

- ¿Seguro no tendrás problemas con Heather?
- Te lo prometo
- Eres el mejor. –Besé su frente- En un momento vuelvo
- Tomate el tiempo que quieras. Y por favor, Lou
- ¿Qué?
- Sonríe mucho, ya para de sufrir.
- Lo haré, te lo aseguro. Adiós.

Si bien Adam vivía en frente a Central Park, tenía que caminar varios metros para llegar hasta el puente. Iba retrasada 5 minutos a lo acordado debido a que perdí tiempo con la pequeña nota. Nota que valió la pena leer. Cuando comencé a acercarme al puente, comencé a ver una silueta sentada en uno de los tantos bancos. Una silueta serena que expulsaba lentamente humo, que supuse que sería de cigarrillo. A medida que menos distancia tomaba, más detalles veía. Comencé a contemplar su perfil risueño, el cual sostenía una mirada hacía unos pequeños pájaros que cantaban en un árbol. Cuando me encontraba a cuatro bancos de distancia, él voltea a mirarme y su sonrisa aumento aún más.

Resultado de imagen para paul mccartney park bench


- Te ves rara – dijo mientras apagaba su cigarrillo y exhalaba lo último que quedaba del mismo en sus pulmones
- ¿Rara?
- Rara, pero de la buena manera. Te vez crecida, madura.
- ¿Vieja?
- No, no. Como decirlo… más experimentada, más linda aunque un poco insegura. El tiempo te sienta bien, al igual que ese vestido
- Gracias James, pero solo han sido nueve meses. Tú también te ves bien, con la mirada más triste de lo que estaba acostumbrada pero sigue transmitiendo la misma tibieza y humildad
- Ven, toma asiento junto a mí así cambias esa postura – me imito
- ¿Cuál postura? ¿Estoy encorvada? –toqué mi espalda
- Oh no, no. Me refiero a que estas muy cabizbaja y además quiero tenerte cerca – tomé asiento a su lado

Narra Paul

- ¿Y bien?
- Ahora está mucho mejor – sonreí y tomé su mano. La cual estaba helada – ¿Sabes que tienes las manos heladas, verdad?
- Lo sé, discúlpame
- Y tú también estas muy fría. ¿Lo sabías verdad? – Frunció el ceño, desorbitada – Espero que sea momentáneo, porque estas nerviosa y no porque los aires americanos te hayan cambiado tu forma de ser
- Estoy nerviosa
- Lo noté por tus manos heladas, linda. Tranquila, solo soy yo. Hemos vivido juntos una eternidad. Y hoy, como te dije, te ves hermosa y crecida, personalmente.
- Te extrañe mucho Paul. Te extraño todos los días. Y me siento tan culpable de que estemos, como estamos. Y te amo, eso no lo dudes. Te amé y amaré
Negué con la cabeza – No te culpes. Es tema de los dos. Adivina que, estoy buscando una casa donde mudarme en Londres y de esa manera tal vez Jane me pierda el rastro
- ¿Y viviré ahí contigo?
- Por supuesto. ¿Dónde lo harás si no es conmigo?
Río – Lo sé, tal vez me dejabas viviendo con los muchachos
- Claro que no, bobita
- Antes de venir aquí, abrí una caja que mamá me preparó antes de que me mudara a Estados Unidos. Se trata de una caja con cartas y recuerdos de mi vida. Y tomé al azar una carta tuya cuando tenías 6 años
- ¿Aún la tienes? Me gustaría verla. ¿Es de cuando dañaste la ventana? –Asintió entre sonrisas- Fue una de mis primeras cartas, que buen recuerdo.
- Tenías millones de errores ortográficos y eras muy tierno, decías que no importara lo que hiciera que nunca te enojarías conmigo
- Que increíble
- ¿Qué cosa?
- Que después de 17 años siga pensando de la misma manera
Me miro sorprendida - ¿Nunca lo harías?
- Louise, te marchaste de mi lado y aún sigo aquí.
- Te amo McCartney – me abrazo y comenzó a rozar su nariz junto con la mía
- También te amo Lulu – tomé suavemente su mentón y la besé dulcemente en los labios
- Pronto volveré a Londres
- De eso estoy seguro. ¿Irás al concierto?
- No me lo perdería –río nerviosa
- Eres preciosa
- Ya basta, solo quieres que me sonroje – se sonrojó
- Y por lo visto, lo logré





///



Si… Después de 9 meses he vuelto a escribir. NUEVE meses, me he vuelto en lo que más odio, que tarden en subir capítulos. Es increíble que recién este capítulo sea el primero que subo en el año. Está bien que me odien, está bien que tengan en el olvido la fan fic, está bien. La vida universitaria, si bien esta buena, es muy exigente y es muy distinta a lo que uno está acostumbrado. Pero bueno, prometo encontrar un ratito y escribir, por lo menos, una vez al mes.

Qué lindo es regresar, admito que volví porque leí un comentario en la entrada anterior de una tal Eliana (primero que nada muchas gracias por leerme) muy decepcionada porque hacía mucho no escribía. Así que por eso decidí subir. Lamento muchísimo haber tardado tanto pero prometo que no voy a dejar inconclusa esta historia, siempre subiré algo. No sé si muy frecuente pero haré lo que pueda.


Gracias, otra vez y nos vemos el próximo capítulo.



viernes, 11 de diciembre de 2015

Capítulo 44

Estados Unidos, Nueva York mediados de Julio de 1965

9 a.m.

Narra Louise



Estaba sentada frente a la ventana para observar cómo la gente iniciaba su día, su rutina. La casa estaba sigilosa; Adam dormía todavía. Era el tipo de silencio que te tranquiliza y no el silencio incomodo que experimentamos con Adam cada vez que nos miramos a los ojos luego de aquella declaración suya.

Las cosas se habían puesto extrañas después de tal confesión. Todavía pienso en los sucesos de esa noche. Se perdió un poco la confianza, pero aun así seguíamos estando el uno para el otro. Pero eso me pone tan mal. Tal vez él se confundió por el hecho de que pasábamos mucho tiempo a solas y teníamos bastantes cuestiones en común. Creía que Adam era consciente de que yo soy capaz de amar a una única persona y que además tengo un embarazo de 8 meses de la misma. Pues, creí mal y no lo culpo. Uno no elige de quien enamorarse ¿O si lo hace? De todas formas, admito que me gustó lo que me dijo. Pero yo pertenezco a alguien más…

- ¡Buenos días! ¿Pensando?
- Algo así – reí nerviosa
- ¿Ya desayunaste?
- Así es. Tomé un jugo de naranja…
- Está bien.
Suspiré – Adam… ya basta.
-  ¿A qué te refieres?
- A nosotros. Nos tratamos raro.
- Es por lo de aquella noche…
- Lo sé, ya paso más de un mes y no lo soporto.
- ¡No sabes cómo lo lamento!
- No tienes que lamentar. Pasamos mucho tiempo juntos; tanto a ti como a mí nos podría haber pasado.
- ¿Qué cosa?
- Confundirse. Pero creo que te pasaste cuando intentaste… ya sabes.
- ¿Intenté? Lo hice. Y no debía
- No debías, exacto. Y sabes porqué
- No, no sé ¿Por qué?
- Porque amo a Paul
- ¿Sí? ¿Y porque cuando te besé respondiste a mi beso?
- Adam… olvida eso. No tendría que haber pasado
- Lo sé pero… –lo interrumpí
- ¡Ya sé lo que hice! Estoy cansada de esto, además de que no estás ayudando ¡Estás complicando aún más todo! Yo no elegí que me dijeras cosas lindas justo en ese momento; te besé porque fue lo que me parecía correcto para no romperte el corazón. Nunca pensé que yo te gustaba. Estoy harta de Jane y aun te olvidas de lo más importante ¡Estoy embarazada! Deje todo atrás, deje mi casa, mi familia, absolutamente todo. Y aunque lo dudes, amo a Paul desde que tengo conciencia. Lamento si te duele escuchar eso, pero es la verdad.
- Tienes razón Louise, que idiota he sido. ¿Estoy a tiempo de arreglar algo?
- Solo necesito apoyo, me siento sola Adam. Tú eres lo único que tengo justo ahora y aquí y no soporto que nos tratemos así. Te necesito y no eres idiota por seguir a tu corazón… Además debo serte sincera –me ruboricé
- Dime
- Debo confesarte que me gustó lo tierno que fuiste conmigo diciendo que has pasado maravillosos días a mi lado. También, admito que cuando te conocí pensé ‘¡Guau, que bombón americano! ’
- Lo último es broma
- Te juro que es verdad; y por último, pero no menos importante, por lo que me has demostrado en estos meses de convivencia eres un muchacho espectacular Adam, y quizás si te hubiese conocido antes que a Paul… Tú serias el amor de mi vida.
- ¡Que lastima que no tuve esa suerte!
- De todas formas hubiese sido imposible, porque prácticamente nací y conocí a Paul
- ¡Cielos! Realmente lo amas
- Si, Adam y que bueno que lo entiendas. Gracias y perdón
- No, tú tienes que perdonarme Darlington. –nos abrazamos amistosamente
- Esta panza ya no me deja abrazarte –sonrío
- Ya falta poco… ¿Qué haremos cuando llegue The Beatles a Nueva York?
- ¿El doctor no te dio fecha para antes de la llegada?
- Si, pero podía atrasarse como también podía adelantarse.
- Tranquila, tú vas a ir a ese concierto. Yo cuidaré del pequeño o pequeña en tu ausencia
- ¿Lo harías por mí?
- Si, Louise. Relájate. No sé porque pero deseaba que tuviésemos esta charla para calmar y arreglar nuestra relación… Además me moría por ir al cine y no sabía con quién –rió
Lo miré sorprendida – Tu sí que eres idiota ¿¡Cómo no lo dijiste antes!?
- Como te lo explico… ¡No nos hablamos! Emmm ¿Vamos ahora?
- Por supuesto. ¿Alguna película en especial que tengas en mente? Yo tengo una, pero no sé si es de tu agrado
- Creo que pensamos en la misma, me intriga mucho ver a los cuatro de Liverpool en pantalla grande y a color
- Entonces, vamos a ver Help! –Aplaudí y me levante del asiento – Voy por mi abrigo, Blackley. – él me guiñó un ojo.

.              .              .

Inglaterra, Londres  1 de Agosto de 1965

Narra Ringo



- ¿Cómo es posible que a más de un mes del estreno sigan estas locas en la puerta de nuestra casa? Al principio me pareció groovy, pero a los dos días ya no aguantaba los gritos –tapé mis oídos
- Ya se irán
- No Paul, no se irán. Llevan más de un mes gritando aquí, mis oídos ya no lo soportan. Ya está decidido, Maureen nos vamos a Kenwood con Lennon.
- Deja de chillar, Mo duerme. Tú eres el único histérico enano
- No le digas enano, Georgie. Yo estoy de acuerdo con él. ¿Acaso no tienen otra cosa que hacer? Como por ejemplo, ir a la escuela, ayudar a sus padres o tal vez dormir
- Es verdad Pat, pero si salimos a decirles algo las cosas empeoraran. ¿Por qué Brian les dio licencia a los hombres de seguridad?
- Hola, hola. Esto de tener que entrar por la puerta trasera no me gusta para nada, pero aquí me tienen
- ¿John no hay lugar en Kenwood para todos nosotros?
- En Kenwood caben ustedes, George Martin, Brian y si quieren buscamos a Louise porque apuesto que también entra. Extraño a esa pequeña. Pero tranquilos, dejen de quejarse por los gritos de las fans que en dos semanas ¡Nos vamos a Nueva York! – empezó a saltar alrededor nuestro
- McCartney ¿No tienes noticias de Louise?
- Claro que tiene, no dejan de enviarse cartas.
- Si, aunque hace bastante que no nos enviamos una. Voy a escribirle
- Amor a distancia, como en las películas ¿No George? – Él asintió sin prestar mucha atención – Aumentan la pasión y se comienza a necesitar los besos y abrazos del otro, ¿Quieres que me vaya a Milán por un tiempo?
- Estas demente Pattie, tú te quedas conmigo. No lo soportaría – se besaron
- Por Dios George, consigan una habitación – John fingía ahorcadas, mientras que yo me tapaba la nariz
- No molesten
- De acuerdo. Yo iré a inspirar a Paul ¿Vienes Ringo?
- Luego te alcanzo, le daré un vistazo a Maureen porque todavía duerme.

.              .              .

Inglaterra, Londres 1 de Agosto de 1965


Querida Lulu:

A mi amada:

Lamento esa cursilería y los tachones de tinta. Es Lennon que me está dando letra porque dice que también te extraña, el original decía ‘Querida Lulu’.

¿Cómo está todo por Nueva York? Perdón por no escribirte, esperaba respuesta tuya y nunca la obtuve. Aquí nosotros estamos cansados de los gritos de las fans que se han instalado en la entrada de la casa desde el estreno de Help! pero luego recordamos que en dos semanas estaremos en América y nos tranquilizamos un poco. De todas formas, a veces pienso en mudarme.

Noticias de Jane no tengo y eso es una buena noticia, aunque seguramente cuando menos lo esperemos volverá, pero las cosas ya no son tan pesadas como antes.

Me muero por verte querida (y John también) y también los demás, pero especialmente soy yo el que necesita de tu aroma, tu voz y tu sonrisa.

Escribe. Por favor.

Te ama, Paul.

.              .              .

Estados Unidos, Nueva York 2 de Agosto de 1965


James (¿y Winston?):

Me alegro de que escribas McCartney. No respondí a la carta anterior porque solo decía que le diera a Adam las gracias por cuidarme y por supuesto que se lo dije pero no vi razones para responder.

Por aquí todo marcha de maravilla y entiendo que las fanáticas estén enloquecidas por la película, porque realmente fue increíble y muy graciosa. Hace unos días fui a verla y los vi allí y ¡Dios mío, como los añoro! 

Estoy haciendo una cuenta regresiva mental para cuando vengan. Yo también muero por verte amor mío. ¿Cuándo sale un nuevo disco?


Te extraña y ama, Louise.


P.D ¿Debo comprar la entrada al Shea Stadium o ustedes me hacen pasar gratuitamente por ser su fotógrafa?

.              .              .

Estados Unidos, Nueva York 5 de Agosto de 1965

1.30 a.m.

Narra Adam



- ¿Ya te respondió McCartney?
- ¿Has visto llegar una carta? –Negué- Entonces aún no. –dijo malhumorada
- Tranquila. Te pasa esto por dejar todo a último momento – me lanzó una mirada fulminante – pero confío en que te dejaran pasar
Suavizo su mirada hacia mí – Eso espero.
- ¿Tienes sueño?
- Dudo dormir esta noche
- Entonces te haré compañía – la observé sugestivamente
Ella reviró los ojos mientras estaba acostada en el sillón al mismo tiempo que acariciaba su enorme panza – No me haría para nada mal un abrazo y un poco de música
- ¿Qué quieres escuchar? –señaló el tocadiscos
- Nada en particular. Enciende la radio, a este horario siempre pasan clásicos.

Y así fue, en ese momento exacto sonaba ‘Can’t help falling in love’ de Elvis. Ella se reincorporo del sillón y comenzó a danzar una especie de vals individual con los ojos cerrados.
Yo la miraba encantado mientras escuchaba el tema que repetía sin parar ‘No puedo evitar enamorarme de ti’ luego decidí unírmele a su baile solitario tomándola por las caderas.

- ¿Me concede esta pieza señorita?
- Por supuesto, caballero – comenzamos a bailar un vals a las 2 de la mañana entre risas, entre cosquillas y pisotones. Hacia bastante no nos divertíamos de esta manera. Una vez finalizada esa canción se escuchó la voz del locutor que decía:

“A 18 días del concierto de The Beatles en The Shea Stadium, las entradas se encuentran totalmente agotadas. Así es damas y caballeros, agotadas. Ahora los dejo con uno de sus primeros temas, disfruten.”

- ¿En serio? ¿Agotadas? –susurró.

En cuestión de segundos comenzó a sonar ‘I saw her standing there’ y Louise comenzó a bailar con un movimiento gracioso de hombros luego la tome de las manos y empezamos a bailar rock and roll nuevamente entre risas y pisotones, pero esta vez algo ocurrió, sentí como si algo me mojara la pierna mientras bailábamos y una vez terminada la canción me aleje de ella para tocar mi pantalón húmedo y para luego mirar horrorizado el piso.

- Louise. No pierdas el control, no enloquezcas por favor, pero… 
- ¿Qué ocurre?
- ¿No lo notas? Has mojado el piso – la mire con mi mejor mirada para transmitirle tranquilidad. Pero no funciono
- ¿Qué mojé o qué? ¡Oh, Adam! –Chilló desesperada - ¡Dios mío, llévame al hospital!

Creo que me sentía más preocupado que ella. La subí como pude a la combi, la encendí y arranqué. Nunca antes había llegado tan pronto a un lugar. Hablé con los médicos y la atendieron de urgencia, la subieron a una camilla y ella no dejaba de apretar mi  mano.

- Adam, por más que quieras… No me sueltes la mano
- No lo haría, cálmate, respira profundo
- ¿Cómo quieres que me calme? – gimió entre lágrimas y dolor
- Lo siento
- Descuida, yo no debí gritarte así – me contestaba pero a la vez le costaba respirar
- ¿Usted es el novio?
- Su amigo – dije.
- Esta bien, lamento decirle que tendrá que esperar aquí
- ¡No, por favor! Deje que me acompañe unos segundos más
- De acuerdo
- No me dejes Adam
- No me iré, aquí estaré para ti – acaricié su mejilla.

Me dejaron acompañarla hasta la puerta de la sala y luego tuve que soltar su mano, susurré a su oído que todo iba a salir bien y que la estaría esperando. Me despedí de ella con un beso en la frente y tomé asiento en la sala de espera.

4.30 a.m.

Cerré mis ojos y me dormí. Aun no tenía señales de Louise, ningún médico o enfermera había salido para hacerme un resumen de lo que ocurría allí de adentro. Recién a las 5 de la mañana, el medico se asoma y enuncia:

- ¿Adam? ¿Adam Blackley? –asentí tragando saliva - ¡Felicidades por su amiga! ¡Es madre de una hermosa niña!
Quede atónito y muy emocionado luego de escuchar eso - ¿Puedo entrar? – sonreí con lágrimas en los ojos
- Adelante joven.

Y allí estaba, Louise con su cara un poco sudada pero que a su vez transmitía cierta tranquilidad. Eso hacía que se viera mucho más hermosa aún. Entre sus brazos sostenía a la niña que ahora descansaba, medía lo mismo que el antebrazo de su madre, era admirable escuchar sus tiernas, delicadas y calmas respiraciones.  

- Es preciosa
- Gracias, creo que se parece a mí – rió – Tal vez cuando crezca se le realcen los rasgos de su padre. Ahí será más preciosa aún
- Es una pena que él se esté perdiendo esto
- Lo sé. ¡Que idiota soy! Pero me tranquiliza que tú estés aquí. No sé cómo agradecerte por tanto Bruce
- No tienes nada que agradecer ¿Puedo? – hice la seña con los brazos
- Claro que puedes cargarla – tomé a la pequeña entre mis brazos
- Hola bebé. Soy tu tío Adam. Eres preciosa como mamá, pequeña Heather
- ¿Heather?
- ¿No era uno de los nombres que habías escrito en la lista?
- Si, pero lo había olvidado. ¡Me encanta! Déjala en aquella cuna, si quieres y luego, acércate que quiero darte un abrazo. – coloque a la niña en la cuna y me senté en la camilla junto a ella.
- Gracias Adam, lo repito, no sé cómo agradecerte amigo – me abrazo dulcemente
- Deja de darme las gracias, sabes que haría cualquier cosa por ti. - Me acerqué insinuantemente a su rostro
- ¿Sabes que lo que estás por hacer está mal? Y que dijimos que no lo volveríamos a hacer porque el único que se hace daño eres tú y yo no quiero hacerte d… - la interrumpí con un beso - ¡Adam! ¿Al menos me escuchaste?
- Lo siento, no me aguante. Te amo Lou
- Yo también, pero no de la misma manera. No me hagas hacerte daño porque realmente te quiero.

1.15 p.m.

Narra Louise

El mismo día me dieron de alta, y regresamos a casa. La cual debíamos arreglar porque teníamos una nueva integrante y creo que no se encontraba en muy buenas condiciones para recibirla adecuadamente. La bebé dormía demasiado y lloraba solo cuando tenía hambre, pero eso solo seria los primeros días. Yo aún estaba adolorida pero el hecho de verla me hacía sentir bien nuevamente. Llamé a mis padres para darles la noticia, mamá comenzó a llorar y a papá le encantó el nombre que le puse. Adam, comenzó a ordenar la casa mientras que yo alimentaba a Heather, giré la cabeza hacia donde se encuentra la correspondencia y para mi sorpresa habían llegado cartas nuevas, una de las cuales era del padre de mi hija.

.              .              .

Inglaterra, Londres 3 de Agosto de 1965

Querida Louise:

                               ¡Qué bueno que te haya gustado la película, linda! Aun no hay proyecto de disco nuevo, porque tenemos la agenda repleta de conciertos. Lo de las giras es nuevo. Pero antes de fin de año seguro publicamos uno.

                               No te hagas problema por las entradas, claro que pasas gratis. Además, si no me equivoco ya no deben quedar muchas a la venta pero tranquila, tú no pagas. Y no pagas por ser mi novia no por ser la fotógrafa del grupo.

                               Seguramente has escuchado que el concierto es el día 23, pero The Beatles toca suelo americano el 15 de Agosto. Y ni bien llegue necesito verte, así que dime un día, un lugar y nos encontramos. ¡No puedo creer que vaya a verte después de 9 meses!


Te ama y adora, un ansioso y enamorado
James P. McCartney

.              .              .

Estados Unidos, Nueva York 5 de Agosto de 1965

Querido Paul:

                Sin duda ni bien llegues nos vemos, si quieres lo hacemos el día siguiente a que aterricen, así descansas, en Central Park a las 3 p.m.

                A veces 9 meses suelen ser una eternidad, como ahora por ejemplo; Paul aunque cueste creerlo, tu y yo somos padres de una hermosa niña, su nombre es Heather, pesa 2,5 kilos, es hermosa,  tan pequeña y vulnerable, tiene el cabello dorado, como el mío y aún no está definido el color de sus ojos. Pero es tuya, es mía, es nuestra. He sido una estúpida al esconderte este regalo tan lindo. pero no hay porque preocuparse ya que por fin vamos a vernos de nuevo, lo único que quiero es abrazarte como antes, que me digas que todo va estar bien, y que todo vuelva a la normalidad.


Te ama con toda el alma,
Louise.

P.D Disculpa los tachones de esta idiota







///



¡Queridas! Estoy cumpliendo con lo prometido ¿Cómo están? Yo acá estoy volviendo a leer libros, volviendo a dibujar, volviendo a escribir, volviendo a ver mis series, en fin, volviendo a retomar todo. Espero que les guste este nuevo capítulo, tal vez no era lo que esperaban pero bueno jajaja es lo que hay. Les cuento que ya soy egresada, me metí dentro de un vestido y viví una de las mejores noches de lo que llevo de vida, mi cena de egresados. Y ahora estoy en espera de los resultados de los exámenes de ingreso, bastante intranquila, pero intento buscar actividades para despejarme y tranquilizarme un poco.

¿Armaron el arbolito de Navidad? Hablando de ese día, es decir, el 8 de Diciembre, se cumplieron 35 años del asesinato de John Lennon. Siempre me pregunto ¿Qué hubiese pasado si…? Pero simplemente pasó y todavía hay gente preguntándose ¿Por qué? (me incluyo)


Estoy segura de que si el estuviese vivo, muchas cosas serían distintas, tal vez estaría indignado con lo que pasó en Francia hace unas semanas o a lo mejor gracias a su música pacifica lo hubiese evitado. No lo sé. Lo que sí sé es que fue un hombre increíble y que gracias a él se formó la mejor banda de la historia, mientras escuchemos sus hermosas canciones, seguirá vigente y por lo tanto, seguirá “vivo”.


Saludos, espero sus comentarios. Las quiero a lot