jueves, 29 de septiembre de 2016

Capítulo 45

Inglaterra, Londres 14 de Agosto de 1965

Narra John

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- Por favor, que esta vez sea diferente a la anterior
- Lo será. Tocaremos en un estadio – exclamó entusiasmado George
- No me refiero a eso. Nada de Bob Dylan esta vez
‘¿Cómo carajo se enteró? ‘pensé para mis adentros – Oh Epstein, no hay de qué preocuparse solo disfruta, aunque, no te prometo nada. Además, no me digas que tú no la has probado por todos los cielos
- Esteee… Bueno… Como les decía… - dijo algo nervioso- No nos alborotemos y mantengamos la calma
- ¡Vaya que te pusiste nervioso eh!
- Cambiando radicalmente de tema ¿No hubo cambio de planes? Es decir ¿Ninguna de sus esposas/novias ha decidido venir a último momento?
- Sabes que Mo no viene aunque quisiera. Recuerda que está embarazada
- Ahora que lo pienso a Cynthia nunca le pregunté si deseaba acompañarnos… Pero olvídalo – dije rascándome la nuca
- Pat estará en Francia por una temporada así que tampoco viene
- Lou nos espera allá – dijo Paul esperanzado

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Estados Unidos, Nueva York 15 de Agosto de 1965

1.30 p.m.

‘Las beatlemaníacas enloquecidas en el JFK debido a que el avión, que transporta a sus ídolos, acaba de arribar y quedan solo instantes para que el cuarteto inglés toque suelo americano por tercera vez. ¡Cómo queremos a estos muchachos! Ahora les dejo una de sus últimas canciones del disco “Help!”. Disfruten y más enseguida les traigo más detalles…’

Narra Adam

- Ya están aquí
- Ya oí
- Deberías haber ido. A fin de cuentas, eres una beatlemaníaca más del montón – reí
- ¿Disculpa?
- Sí. Te conocí en uno de sus shows y gritabas: ¡Te amo con locura Paul McCartney!
Río – Cierto, había olvidado que inventas historias y solo tú te las crees
- Oye, podría ser cierto
- Pero no lo es. No me hacía faltar gritar eso entre las fans, yo podía decírselo al oído donde y cuando quisiera
- No digas ‘podía’, más bien ‘puedes’
- Lo sé. Será tan raro verlo mañana
- Será lo mejor para los dos y lo sabes. ¿Le dirás sobre…? –señalé con la vista a la bebé que dormía angelicalmente en una pequeña cuna en medio del living-comedor
Su gesto se volvió triste y negó decepcionada con la cabeza – N-no. Ni loca. Solo imagínate la situación. No nos vemos durante 9 meses y aparezco con una niña recién nacida
- ¿Cuál es el problema? Es su hija y debe saberlo
- Lo sé. Pero piénsalo nada más. Sería difícil de creer ¿No? Paul es tu hija, no te lo dije durante todo este tiempo porque soy una idiota. Además, no quiero que sea una molestia ¿sabes?
- Si te ama como dices, lo entenderá. ¿Una molestia para su carrera? ¿Y que hay con la tuya? Un hijo siempre es una bendición, un cambio rotundo pero para bien.  Apoyo tu decisión en no decirle. Pero tarde o temprano se enterará y si se lo toma a mal deberás entender
- Hemos hablado esto millones de veces ya, mi querido colega. Ahora, antes de que me olvide debo darte indicaciones para que cuides de Heather cuando yo no esté mañana.
- A eso, la dejarás en buenas manos
- No lo dudo. Pero siento culpa de dejarla, tan solo tiene 10 días de vida
- Estará conmigo, estará todo bien
- De acuerdo


Mientras Louise me explicaba una lista que me indicaba perfectamente donde se encontraba cada cosa para cualquier situación que podía ocurrir, el locutor de la radio avisaba que The Beatles había llegado finalmente al Hotel Plaza de manera exitosa.

Narra Louise

- ¿Tienes alguna duda?
- No, me dejaste todo en claro. Ahora, escucha tú
- Dime
- Tal vez sea una locura. Pero… ¿Qué te parece si llama al Plaza Hotel?
- ¿Con qué finalidad?
- Para hablar con tus amigos, tu novio, no lo sé
- Es muy poco probable que llame, crean que es verdad lo que les digo y me comuniquen con alguno de ellos. A menos que les pruebe que soy la reina de Inglaterra, pero que pena no lo soy… aún – reí
- Vamos, con probar no pierdes nada

Entonces me dirigí a la mesita sobre la cual estaba el teléfono y marqué el número del hotel
- Gracias por comunicarse con Plaza Hotel Nueva York. Buenas tardes, habla Charlotte Blackley. ¿En qué puedo ayudarle? – Al escuchar ese nombre, miré divertidamente a Adam, con ganas de abrazarlo
- ¿Charlie? Soy Louise, compañera de piso de tu hermano Adam ¿Me recuerdas?
- Hola Lou, por supuesto que sí ¿Cómo te va? ¿Algo te hizo mi hermano y quieres una suite en el hotel? –Bromeó- o déjame adivinar ¿Quiere usted comunicarse con el Sr Paul McCartney?
- ¿Tú y tu hermano se comunican telepáticamente? ¿Puedes hacer eso posible?
- Legalmente no. Está totalmente prohibido. Pero creo que puedo hacer una excepción, espera en la línea. Y sea lo que sea, ¡Mucha suerte!
- Gracias Charlie, adiós – en tan solo 30 segundos recibí respuesta del otro lado teléfono
- ¿Hola? ¿Son los que traen sándwich a la habitación?
- No lo puedo creer. ¿Ya los visitó Bob Dylan otra vez?
- ¿Mamá eres tú?... Dame ese teléfono George. Oh señora Harrison, ¡que grata sorpresa! Sabe, Harold está teniendo un comportamiento algo extraño y…
- John, ya basta. ¿Me pasas con Paul?
- Oye. Esta no es la voz de tu mamá. Disculpe a mi torpe amigo señorita, su voz me resulta bastante familiar y respecto a su pedido me temo que él se encuentra ocupado en este momento con Jane en el baño…
- ¡¿Qué has dicho?!
- ¿Te has olvidado de mis chistes? Hola Darlington, es maravilloso volver a escuchar tu voz y hacerte enojar. Me muero de ganas por abrazarte
- Como olvidarme de tus chistes Lennon, pero ese tema es bastante delicado… es la razón por la que decidí alejarme de la banda. Ahora, por favor, ¿Le pasas el teléfono a mi novio? Y no le digas que soy yo. Te quiero y también deseo abrazarte
- Esta bien querida, luego nos vemos, te cuidas. ¡MCCARTNEY TELEFONO PARA TI!
- ¿Quién es? Solo contesta…  ¿Sí?
- ¡James!
- ¿Por qué en lugar de llamar no vienes?
- Porque dije que los dejaría descansar por hoy... Y mañana nos veríamos
- Tú, tú me quitas el sueño –río- Linda, que bien se siente escucharte. ¿Recuerdas la hora de mañana?
- Claro, a las 3 p.m. ¿Qué tal el viaje? ¿Agobiante?
- Así fue. Solo un viaje entre hombres, ninguna de las chicas viajó con nosotros, pero rápido dentro de todo ¿Qué tal tú y Adam?
- Solo escuchábamos la radio para oír noticias de ustedes. Te llamaba para decirte que Central Park es enorme y no quiero que te pierdas. No quiero perderte los pocos días que puedo tenerte cerca, así que ¿Prefieres que vaya por ti al hotel?
- Será imposible con tantas fanáticas que andan rondando cerca del hotel. Me subo al coche y el chofer sabrá. Conozco Central Park, ¿ubicas el lindo puente? –Sonreí y él lo noto- ¿de qué te ríes o sonríes?
- A mí también me gusta mucho ese puente. Entonces, ¿ahí nos encontramos?
- De acuerdo. Te veo mañana, después de tanto tiempo.
- Te amo
- Yo aún más.

Al día siguiente

Narra Adam

2.15 p.m.

- Juro que cualquiera de esos vestidos te sienta de maravillas ¡Louise por Dios!
- Lo sé pero no me siento cómoda, además el clima no me favorecerá y…
- Querida créeme… Paul solo quiere tu presencia y te apuesto 100 dólares que hasta sin vestido
Me sonrojé – Lo sé, nunca tengo problemas de vestuario pero siempre hay una primera vez para todo. Es que creo que estoy nerviosa
- ¿Y eso porque? Solo es Paul
- Esa es la razón. Es James
- ¿Quién?
- Y mientras más me tarde, es menos tiempo juntos. ¿Qué tal este? – me enseña un vestido color pastel que le llegaba hasta las rodillas, totalmente sencillo pero muy hermoso.
- Tranquila, aun tienes tiempo. Ese es muy lindo
- Bien, voy a cambiarme.

Narra Louise

Sentía nervios. Sentía alegría. Sentía tristeza. Sentía nostalgia. Tenía una sensación tan difícil de explicar, era entendible, iba a ver a Paul, a la persona con la que crecí y de la cual nunca me separé hasta hace 9 meses. A la persona a la cual le tengo un amor inmenso, a quien le he entregado todo pero que de todas maneras le estaba escondiendo un enorme secreto. En ese momento recordé la caja que mamá me dio antes de viajar a Estados Unidos y comencé a buscarla. Una vez que la encontré la abrí y había montones de fotos, junto a un montón de cartas, juguetes, regalos y distintas cosas que a simple vista eran solo cosas pero contenían gran significado para mí. Al verlas, mis ojos se llenaron de lágrimas, había objetos que había olvidado por completo de mi niñez y mi mamá se había tomado el trabajo de guardarlos.

En la parte de adentro de la tapa de la caja había una leyenda con letra de mi madre:

‘Recuerda, solo revísala en momentos desesperados, cuando necesites recordar quien eres y de dónde vienes. Te ama mamá’

Tomé un papel al azar y encontré una nota con letra de niños que recién comenzaban a escribir, sin reglas de puntuación ni ortografía que decía:

Louise, Eres mi mejor amiga. No me enoje me cuesta mucho enojarme contigo. Te prometo nunca enojarme no me importa lo que agas. Ademas solo rompiste un vidrio de esa bentana. A papá le dije que fui yo y mamá reía porque sabía que te estaba encuvriendo. No tienes que tener bergüenza de venir a casa, mis papás no te trataran diferente y a mí me gusta pasar tiempo juntos. Te quiero y no estoy enojado. JAMES

Sonreí con las mejillas empapadas, recordando aquel día y deseando que Paul se tome con esa misma calma cuando le cuente sobre Heather. Sequé mi rostro, me coloqué un poco de rubor, tomé mi cámara de fotos y la colgué en mi cuello. Ya estaba lista para el reencuentro.

- ¿Seguro no tendrás problemas con Heather?
- Te lo prometo
- Eres el mejor. –Besé su frente- En un momento vuelvo
- Tomate el tiempo que quieras. Y por favor, Lou
- ¿Qué?
- Sonríe mucho, ya para de sufrir.
- Lo haré, te lo aseguro. Adiós.

Si bien Adam vivía en frente a Central Park, tenía que caminar varios metros para llegar hasta el puente. Iba retrasada 5 minutos a lo acordado debido a que perdí tiempo con la pequeña nota. Nota que valió la pena leer. Cuando comencé a acercarme al puente, comencé a ver una silueta sentada en uno de los tantos bancos. Una silueta serena que expulsaba lentamente humo, que supuse que sería de cigarrillo. A medida que menos distancia tomaba, más detalles veía. Comencé a contemplar su perfil risueño, el cual sostenía una mirada hacía unos pequeños pájaros que cantaban en un árbol. Cuando me encontraba a cuatro bancos de distancia, él voltea a mirarme y su sonrisa aumento aún más.

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- Te ves rara – dijo mientras apagaba su cigarrillo y exhalaba lo último que quedaba del mismo en sus pulmones
- ¿Rara?
- Rara, pero de la buena manera. Te vez crecida, madura.
- ¿Vieja?
- No, no. Como decirlo… más experimentada, más linda aunque un poco insegura. El tiempo te sienta bien, al igual que ese vestido
- Gracias James, pero solo han sido nueve meses. Tú también te ves bien, con la mirada más triste de lo que estaba acostumbrada pero sigue transmitiendo la misma tibieza y humildad
- Ven, toma asiento junto a mí así cambias esa postura – me imito
- ¿Cuál postura? ¿Estoy encorvada? –toqué mi espalda
- Oh no, no. Me refiero a que estas muy cabizbaja y además quiero tenerte cerca – tomé asiento a su lado

Narra Paul

- ¿Y bien?
- Ahora está mucho mejor – sonreí y tomé su mano. La cual estaba helada – ¿Sabes que tienes las manos heladas, verdad?
- Lo sé, discúlpame
- Y tú también estas muy fría. ¿Lo sabías verdad? – Frunció el ceño, desorbitada – Espero que sea momentáneo, porque estas nerviosa y no porque los aires americanos te hayan cambiado tu forma de ser
- Estoy nerviosa
- Lo noté por tus manos heladas, linda. Tranquila, solo soy yo. Hemos vivido juntos una eternidad. Y hoy, como te dije, te ves hermosa y crecida, personalmente.
- Te extrañe mucho Paul. Te extraño todos los días. Y me siento tan culpable de que estemos, como estamos. Y te amo, eso no lo dudes. Te amé y amaré
Negué con la cabeza – No te culpes. Es tema de los dos. Adivina que, estoy buscando una casa donde mudarme en Londres y de esa manera tal vez Jane me pierda el rastro
- ¿Y viviré ahí contigo?
- Por supuesto. ¿Dónde lo harás si no es conmigo?
Río – Lo sé, tal vez me dejabas viviendo con los muchachos
- Claro que no, bobita
- Antes de venir aquí, abrí una caja que mamá me preparó antes de que me mudara a Estados Unidos. Se trata de una caja con cartas y recuerdos de mi vida. Y tomé al azar una carta tuya cuando tenías 6 años
- ¿Aún la tienes? Me gustaría verla. ¿Es de cuando dañaste la ventana? –Asintió entre sonrisas- Fue una de mis primeras cartas, que buen recuerdo.
- Tenías millones de errores ortográficos y eras muy tierno, decías que no importara lo que hiciera que nunca te enojarías conmigo
- Que increíble
- ¿Qué cosa?
- Que después de 17 años siga pensando de la misma manera
Me miro sorprendida - ¿Nunca lo harías?
- Louise, te marchaste de mi lado y aún sigo aquí.
- Te amo McCartney – me abrazo y comenzó a rozar su nariz junto con la mía
- También te amo Lulu – tomé suavemente su mentón y la besé dulcemente en los labios
- Pronto volveré a Londres
- De eso estoy seguro. ¿Irás al concierto?
- No me lo perdería –río nerviosa
- Eres preciosa
- Ya basta, solo quieres que me sonroje – se sonrojó
- Y por lo visto, lo logré





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Si… Después de 9 meses he vuelto a escribir. NUEVE meses, me he vuelto en lo que más odio, que tarden en subir capítulos. Es increíble que recién este capítulo sea el primero que subo en el año. Está bien que me odien, está bien que tengan en el olvido la fan fic, está bien. La vida universitaria, si bien esta buena, es muy exigente y es muy distinta a lo que uno está acostumbrado. Pero bueno, prometo encontrar un ratito y escribir, por lo menos, una vez al mes.

Qué lindo es regresar, admito que volví porque leí un comentario en la entrada anterior de una tal Eliana (primero que nada muchas gracias por leerme) muy decepcionada porque hacía mucho no escribía. Así que por eso decidí subir. Lamento muchísimo haber tardado tanto pero prometo que no voy a dejar inconclusa esta historia, siempre subiré algo. No sé si muy frecuente pero haré lo que pueda.


Gracias, otra vez y nos vemos el próximo capítulo.