viernes, 25 de noviembre de 2016

Capítulo 46

Narra Louise

Pasamos toda la tarde en Central Park, riéndonos de anécdotas que había vivido uno mientras no estaba el otro y ponernos melancólicos por ese motivo, mientras que a su vez yo sentía en mi garganta un horrible nudo con una verdad escondida que me hacía sentir terrible.
Tan bien pasamos el tiempo juntos, que no habíamos notado el paso de las horas hasta que el cielo comenzó a oscurecerse.

- Vaya, ¿en qué momento se hizo tan tarde?
- No lo sé. Pensé que llevábamos solo una hora aquí
Reí – Pero  que exagerado
- ¿Tienes algún compromiso para esta noche?
Pensé dos segundos, recordé a Heather, pero levante mi vista y su padre me insistía con su mirada – No, para nada
- ¿Quieres ir a cenar?
- Me parece una idea excelente
- ¿Pero dónde vamos?
- Donde quieras, yo te sigo.
- Tú eres la que ha vivido aquí por 9 meses. Llévame a comer donde comen los americanos
- Oh, te llevaré a un lugar, que no sirven platos a los que acostumbramos. Solo sirven malteadas o hamburguesas con papas fritas. Es muy económico y estadounidense ¿Te apetece?
Puso una cara de desconcierto, arrugando su nariz - ¿Es bueno? No respondas, me da igual. Siempre y cuando podamos tomarnos una copiosa copa de vino.
- ¿Vino? Lo dudo. ¿Cerveza? seguramente.
- De acuerdo, vayamos. 


Narra Paul

Una vez hecho el pedido y ubicado en una de las mesas del restaurante dinner, retomamos nuestra conversación.

- Y cuéntame, ¿Cómo es Adam?
- Es una gran persona. Imagínate, que me ha hecho el favor de alojarme en su departamento durante todo este tiempo
Frunció el ceño – Aguarda. ¿Viven juntos?
- ¿Es broma, verdad? Claro que sí
- Todo este tiempo creí que vivían en el mismo edificio. No en el mismo departamento, Louise – sentí un poco de celos –
- La idea al principio, era quedarme con él por unos días hasta que encontrara un lugar. Pero la renta era muy cara, y terminé optando por vivir con Adam. Él no se molestó
- Pero por supuesto, ¿Cómo le va a molestar? Una inglesa preciosa, que ha visto solo una vez en su vida, aparece de la nada y le dice que quiere vivir con él ¿Cómo negarse?
- ¡James! ¿Acaso estás celoso?
Dudé un poco – Si, lo estoy.
- Pues, no deberías. Creo que me conoces bastante, supongo que confías en mí y ya debes tener por sabido que te amo. ¿Sigues dudando?
- No es por ti. Es por él. No sé sus intenciones, si realmente es tu amigo o en realidad…
- ¡Ya basta! Te recuerdo que eres mi novio, no mi padre. Yo elijo mis amistades, nunca pensé que debía pedirte permiso.
- Lo lamento, me equivoqué. Es que tan solo el hecho de imaginarte viviendo con él es…
- Solo vivimos juntos. Solo somos amigos. Y en caso, de que el sintiera algo por mí no le correspondería. Porque te amo, y él está muy enterado de eso.
- ¿Pero lo ha intentado?
- No…
- De acuerdo, discúlpame. Soy un idiota
- No lo eres, Paul. Solo eres un celoso momentáneo. Y te entiendo

Luego de cenar, elegimos un tema de la rockola y lo bailamos juntos, como antes, entre risas y besos. Después, tuve que volver al hotel pero antes me ofrecí acompañarla hasta su casa, y así además averiguar donde vivía junto a Adam.

- Linda, te acompaño.
- Oh no, no es necesario.
- Claro, pero es que quiero hacerlo
- De acuerdo

Literalmente, vivía frente a Central Park, y como mucho no nos habíamos alejado, llegamos en dos minutos a donde se alojaba.

- Aquí es. ¿Te llamo un taxi?
- Por favor.
- Espérame aquí

Me pareció muy extraño que me dejara esperando afuera, ¿Por qué no podía entrar? Pero dejé de pensar, pues no debía desconfiar. A los minutos, regresó.

Narra Louise

- Lamento Paul, haberte dejado aquí afuera sin ninguna explicación. Sucede que Adam, acostumbra a dormirse temprano –mentí- y el departamento es muy pequeño y por ende se comunica todo. No quería despertarlo, ¿No estás molesto o sí?
- Claro que no querida, pero me hubiese gustado conocerlo, tanto al pequeño departamento como a Adam.
- Lo lamento
- Descuida, linda. Ya habrá más oportunidades de conocerlo –ni bien dicho eso, llegó el taxi- Bien, ¿Te veo en una semana?
- Efectivamente. Te amo
- Yo también – Nos despedimos dulcemente

Entré silenciosamente al departamento y allí estaba Adam sosteniendo en sus brazos a mi hermosa niña.

- ¿Cómo te fue?
- Bien, pero me siento una persona horrible. No lo quise dejar pasar, por la bebé.
- No voy a hacer ningún comentario, porque ya sabes lo que pienso – me acerqué a él para tomar a Heather- Ya cenó. Ahora debe dormir
- Gracias Adam, por todo.
- Es un placer.

Estados Unidos, Nueva York, Shea Stadium 23 de Agosto de 1965

- Se lo repito una vez más señorita, ¿su permiso para pasar? O en su defecto, ¿su entrada?
- Soy la fotógrafa de la banda, Paul McCartney me dijo que simplemente debía presentarme
- Pues ese Paul McCartney no se quien carajo se cree pero…
- ¿Louise?
Volteé lentamente - ¡Brian! Gracias a Dios, ¡Tanto tiempo! ¿Puedes decirle a este insolente, maleducado grandulón que me deje pasar? Estoy hace media hora aquí
- Joseph, es de nuestro equipo.
- Discúlpeme, señorita – voltee los ojos
- Mira, los chicos se encuentran en esa habitación. Si me necesitas estaré por aquí. Diles que en una hora y media deben subir al escenario – asentí, gire sobre mí y golpee la puerta de la habitación
- Cerdo, si eres tú, te ruego que por favor te retires o si no…
- ¿Si no qué?
- ¡No lo puedo creer! Si es la pequeña Darlington. Abrázame, querida ¡Cuánto te extrañado! –exclamó Lennon
- Nos haces mucha falta, Louise. Tanto tiempo – dijo Ringo, mientras lo abrazaba – Si me disculpan, debo ir a ver una cosa sobre mi batería, no me tardo.
- ¿Y los demás?
- Brian mandó a George y a Paul con los técnicos de sonido, no deben tardarse mucho. ¿Qué tienes?
- ¿Eh?
- ¿Qué te sucede?
- Nada, me encuentro bien ¿Y tú?
- Tienes algo, a mí no me engañas.
- Ah, sí. Cansancio.
- ¿Y a qué se debe?
Lo miré enfadada - ¡No tengo nada!
- Darlington. Te conozco, si bien no crecí junto a ti como el McCara de bebé, te conozco como si fueras mi hermana menor. Lo noto en tu mirada de, como explicarlo, susto y decepción ¿Qué escondes? ¿Qué tienes?
- Solo tú lo sabes ¿De acuerdo? Y quiero que nadie más sepa hasta que me atreva a decirlo. Tengo una hija, John. –mis lágrimas comenzaron a empapar mis mejillas
- ¡Santo cielo! ¡Louise! ¡Eso es maravilloso! –me abrazó- ¿A qué se debe el llanto?
- El padre no está enterado
- Momento. No te vimos durante 9 meses, y durante esos nueve meses que no te vimos, estuviste embarazada. –Asentí- Un embarazo dura 9 meses. Entonces, según mis cálculos, oh no, ¡Darlington! ¿Tu hija es de un americano que te topaste estando de borrachera? Dios mío, ahora entiendo la razón de tus lágrimas.
- No, Lennon. ¡Es hija de Paul!
- ¿Y por qué no se lo dices?
- Por miedo a que Paul reaccione de igual manera que tú y porque lo sabes, un hijo estropea siempre un poco la carrera de un músico, y es lo último que quiero para él. 
- Pero cariño, él te ama.
- Lo sé. Se lo diré… algún día
- ¿Algún día qué?
- Tanto tiempo George, ¿Cómo has estado?
- Muy bien Louise, nos haces falta, vuelve por favor – sonrió con sus enorme boca y me besó la frente
- Hola linda – Paul me besó delicadamente
- Louise, espero no te moleste pero debo retirarme a terminar algo que tengo pendiente así que debo irme. Me verás en el escenario
- Esta bien, fue agradable volver a verte Lennon – lo abracé y luego susurré a su oído- Gracias por estar siempre John, guarda silencio ¿sí? –él asintió
- George, ¿Me acompañas con este ‘tramite pendiente’?
- Voy detrás de ti –abandonaron la habitación
- ¿A qué se refiere con eso?
- Significa que va a fumarse un porro.
- Maldición – exclamé mientras me deje caer en una cama que se encontraba allí
- Eres hermosa –se recostó junto a mí
- Tú lo eres. Te amo –lo abracé

El concierto fue sensacional. La cantidad de personas que lo presencio era espeluznante, la mayoría, adolescentes. Se veían tan lindos los cuatro, a pesar que dos de ellos estaban totalmente drogados. Eran increíbles, y realmente los había extrañado.




///


Hola queridas, lo digo en plural, como si mucha gente me leyera después de mis grandes desapariciones. En realidad, debería decir hola my dear (Salma), hace tanto tiempo que no aparecía por aquí que hasta se me hace raro. Y a decir verdad; si, Blogger está muy desértico pero creo que de a poco vamos a ir volviendo todas, al menos eso espero.

Gracias por leer, y las leo en el próximo.